Friday, January 13, 2012

Una entrevista con Craig Thompson.



 Hay veces en las que entrevistar a ciertos autores se hace muy difícil, ya sea porque ellos están muy ocupados trabajando todo el día y eso hace que nunca estén disponibles o porque uno mismo no tiene los medios para poder acercarse a ellos y entrevistarlos en persona. También están los que se hacen las estrellas y directamente no te contestan ninguno de los 400 mails que les mandas solicitando una entrevista. Pero en fin, dibujar cómics es un trabajo que consume mucho tiempo y demanda mucha tranquilidad y soledad, es por ello que cuando el autor se hace un tiempo para responder unas preguntas, uno, en su lugar de entrevistador trata de sacarle el mayor jugo posible al tiempo que nos brindan y en ese rato les preguntamos de todo.
 En el caso particular de Craig, él es un autor de cuyo trabajo me enamoré ni bien comencé a leer su libro “Blankets” (cobertores, frazadas) y siempre me ha llamado la atención el ver cuál es su proceso creativo y como trabaja, pero lamentablemente no es una persona muy fácil de ubicar. Sus obras son extensas y muy abarcativas, y él tiene la costumbre de ir documentando la evolución del proyecto en el que esté trabajando en su blog doot doot garden, blog que comencé a seguir desde que vivía en EE.UU.
Dado que él es un autor anglo parlante (lógicamente) la barrera idiomática suele interponerse entre sus trabajos, sus entrevistas y sus posibles seguidores de habla hispana que no saben inglés. Es por una conjunción de todo lo mencionado anteriormente que a falta de poder entrevistarlo yo mismo decidí tomar cuatro entrevistas realizadas por otros periodistas y desglosarlas hasta darle al contenido la forma de una única entrevista que se adapte al perfil de las que hago para éste proyecto. Mi trabajo en éste caso consiste en recopilar, editar y traducir el material que están por leer. Todos los autores originales están reconocidos y pueden ir a leer los artículos completos de cada uno siguiendo los links al final de la nota. Con todo eso dicho procedemos con el material.

 Craig Thompson nació en Michigan, el 20 de septiembre de 1975 en el seno de una familia de granjeros cristianos fundamentalistas. Comenzó a hacer historietas desde su adolescencia tardía, su primer trabajo publicado es una novela gráfica llamada Good-bye, Chunky Rice, que editó bajo el sello Top-shelf en 1999. Se trata de una historia de carácter semi-autobiográfico que gira en torno a un ratón y una tortuga. Realizado en un estilo típico del cartooning y con animalitos tiernos como personajes centrales no es una sorpresa que no haya tomado al sub-mundo del cómic independiente por sorpresa. Sin embargo con el tiempo fue cosechando más y más seguidores, quienes gracias al boca en boca fueron difundiendo su trabajo. En el 2000 Good-bye, Chunky Rice hizo que Thompson ganara el premio Harvey como mejor talento nuevo.
 Con un libro y un par de premios importantes bajo el brazo el joven autor decide embarcarse en su próxima obra, un libro más complejo, más adulto y decididamente autobiográfico. El nuevo proyecto terminaría siendo el indispensable y gigantesco mamut editorial que se llama Blankets, también publicado por Top-shelf.

 Hijo de una familia cristiana y criado en una casa absolutamente conservadora aborda en su libro temas como el crecimiento, el paso del tiempo, la religión, el amor y la búsqueda de la propia identidad de una manera honesta y francamente refrescante. Su estilo de dibujo, lleno de toques impresionistas y patrones en los cuales parece dar rienda suelta y escribir lo que su conciencia le dicta. Todo esto junto con una exquisita narrativa poética crearon una hermosa y cálida historia de amor y decepción que es ampliamente reconocida como una de las mejores novelas gráficas jamás escritas. Pero el proceso no fue inmediato, tardó varios en completar la titánica novela de más de 540 páginas. En 2003, luego de que el libro llegara a los estantes de varias librerías Thompson se encontró recibiendo premios por montones, algunos Incluyen el Eisner, el Harvey y el Ignatz (la sagrada trinidad de los premios americanos para el cómic) mas otros tantos de igual prestigio alrededor del mundo. La crítica y los fans lo llenaron de alabanzas y lo volvieron un referente de la nueva camada de jóvenes autores. Pero ni cegado por el éxito ni por los premios Thompson decidió embarcarse nuevamente en otro proyecto titánico, aún más ambicioso y largo que Blankets.
 Así que se mete de nuevo de cara a la mesa de dibujo y luego de batallar con el cansancio mental y la extenuación física que terminó ocasionándole problemas de salud se las ingenia para atacar su nuevo proyecto; un cuento de hadas centrado en la cultura islámica de más de 650 páginas llamado Habibi (Mi amado).

 Iniciando su trabajo a fines de 2004 y pensando inicialmente en publicarlo en 2009 el libro terminó llevándole unos siete años para ser producido en su totalidad. Esto se debe a la enorme cantidad de detalles que lo pueblan y que todo en él está hecho a mano, desde las guardas de algunas páginas hasta los patrones que separan cada capítulo, llegando incluso al número que acompaña y numera cada una de sus páginas. Durante el proceso de desarrollo de Habibi Thompson se vio envuelto en interminables giras de presentación de Blankets que lo llevaron por toda Europa y los EE.UU. Durante su tour europeo visito Egipto y Marruecos y de ese viaje se desprende su travelogue (o diario de viaje) Carnet de Voyage también publicado por Top-shelf. Luego de seguir de gira por un tiempo, de lidiar con problemas de salud y personales y de reestructurar Habibi más de una vez el libro fue finalmente publicado en 2011 a través de Pantheon Books, cosa que marca además el cambio de editorial para el autor, pasando de una editorial chica a una mucho más masiva.
 Tengo ahora el placer de dejarlos con la siguiente entrevista realizada al autor, uno de los paradigmas modernos del comic independiente.

Comencemos con una pregunta estándar, ¿Cuál es tu historia personal con los cómics? ¿Cómo descubriste los cómics cuando estabas creciendo?
Los primeros cómics que recuerdo obtener eran unos de Spiderman que venían acompañando al diario Daily Texan y que mi abuela solía mandarme. Eran gratis—además de eso, eran tiras de diarios, cualquier cosa que fuera gratis, que fuera cómic, yo lo leía. Y yo amaba los cómics de chico, pero no sé si necesariamente los amaba más que al resto de las porquerías que me gustaban—ya sabés, como las películas y los video juegos, o los juguetes y los dibujitos animados de los sábados a la mañana. Cerca de la pre-adolescencia, entrando en la secundaria se me dio por el asunto del  “coleccionismo”, y luego medio que se disipo para cuando llegué a la secundaria porque ahí me interesaron las chicas. Así que no fue hasta que comencé la facultad que mi verdadero interés por ellos se desarrolló.

¿Qué leías en aquel momento?
Lo primero que encontré fue Madman de Mike Aldred y Bone de Jeff Smith. Y esto surge al estar rodeado por un contexto de amigos lectores de cómic durante toda la secundaria, ellos iban y hacían el esfuerzo para “venderme” los cómics—me llevaban a tiendas de comic o me prestaban cosas…pero nada de eso me enganchaba. No lo entendía para nada. Era como que pensaba “Esta bien, cómics…como sea”. Luego cuando cumplí 19, o por ahí; ahí fue cuando esos libros aparecieron en el mercado. Un amigo me arrastraba a la tienda de comics y esa fue la primera vez que encontré allí algo que me gustara. Eso como que me ayudo a comenzar.

Panel de Bone, de Jeff Smith. Una de las influencias citadas por Thompson.

Eso suena bastante a que te metiste con las revistas chicas, del tipo en blanco y negro—las que no tienen que ver con cosas de superhéroes.
Sí, seguro, definitivamente no superhéroes. Pero esos dos (Madman & Bone), de alguna manera son accesibles, en una tienda de un pueblo chico, y no fue hasta que me mudé de nuevo que fui capaz de extender mis horizontes y encontrar otras cosas.

Ahora, en Blankets hay un montón de lugares donde hacés referencia a dibujar de chico. ¿En qué punto te diste cuenta que el comic era tu forma, el medio donde de verdad querías trabajar?
No fue hasta los 19, como te iba describiendo, cuando comencé la facultad, a los 18 o 19. Durante la mayor parte de la secundaria me gustaban mucho los dibujos animados, y estaba consumido por la animación y realmente quería hacer eso. Pasé por varias fases durante la secundaria. Una era esta fase muy modesta de pueblerino en la que quería trabajar como artista, así en una de esas podría conseguir trabajo diseñando avisos para marcas de cubiertas. Algo que en algún punto llegué a hacer. Pero no pensaba que pudiera hacer algo más allá de eso…tenía metas bastante modestas. En segundo año, quizás en tercero me comenzó a interesar en serio la animación, y comencé a pensar, “Okay, me voy a ir a Cal Arts en California y me voy a conseguir un trabajo en… yo que sé, Walt Disney  y voy a hacer animación”. Para cuando estaba en el último año, por distintas razones, me desilusioné bastante con esa idea, porque Disney es algo así como la cima de lo que podés alcanzar en animación. Volví a tener esa mentalidad de tipo pueblerina, y pensé “Un minuto, no voy a poder ir a la escuela de arte y hacer este tipo de cosas”. My novia estaba todavía en la secundaria cuando yo la terminé, así que terminé yendo a una facultad local (community college) en el mismo pueblo. Un amigo me ofreció hacer una tira para el diario de la facultad, y mientras lo iba intentando, medio que me enamoré de los cómics, así de repente. Cubrió todas mis necesidades…podía dibujar historietas, contar una historia; pero además tenía control total, no era solo un engranaje en algún lugar de laguna máquina.

Ese momento de reconocimiento es algo que me interesa…me doy cuenta de lo que decis, sobre tener el control siendo dibujante de historietas, en lugar de ser animador.
Sí, eso era una gran parte del desencanto…darse cuenta, “Oh, esperá, Yo solo voy a ser uno de esos tipos que animan copos de nieve, o uno de los animadores de ´agua´ en un estudio de Disney”. Eso habría sido muy doloroso.

Thumbnails hechos para Chunky Rice.

Es interesante…antes mencionaste que Bone fue uno de los primeros cómics en captar tu atención, porque como que casi se puede ver una especie de conexión con Chunky Rice también.
Si, ahí está el elemento de lo “tierno”, y el tipo de trazo con el pincel. Me acuerdo de cuando recién estaba comenzando en el circuito del cómic, con solo un par de minicomics y conociendo a otros artistas, dos de mis primeros amigos dibujantes fueron Steve Weissman y Ed Brubaker. Mientras trabajaba en Good-bye, Chunky Rice ellos vinieron de visita a Portland. Estaban viendo algunas de las páginas y me decían cosas como, “¿No tenés miedo que sea demasiado tiernito como la escena de cómics alternativos?” Y yo ni había pensado en eso hasta ese momento; yo solo tenía este tipo de…en especial con ese libro…una especie de atracción hacia lo tierno. En ese momento no había pensado ni un poco al respecto.

Funciona realmente bien a los propósitos de la historia, creo yo. ¿Fue ese tu primer comic publicado masivamente aparte de los minicomics?
Había hecho un par de minicomics, y ese iba a ser uno también, excepto que justo me había mudado a Portland, y Brett Warnock, que era el único editor de top-shelf en ese momento me dijo, “Oh, yo lo publico!” Y luego de hacerme esa promesa -ahí era minicomic- se junto con Chris Staros y juntos decidieron que querían hacer novelas gráficas. Entonces yo venía trabajando en Good-bye, Chunky Rice y seguía y seguía creciendo en número de páginas, y en momento yo les dije, “Oh, esto va a ser como de 60 páginas!” y ellos dijeron, “Okay, lo vamos a publicar igual.” Y terminó siendo una novela gráfica, casi que accidentalmente.

Good-bye, Chunky Rice. Publicado
por Top-shelf - 128 Páginas.
Chunky Rice se trata aparentemente sobre un ratón y una tortuga, pero se siente bastante autobiográfico.
Sí, lo es. Era sobre mi experiencia al dejar mi estado natal y hacer el primer gran movimiento de mi vida por las mías. Definitivamente estaba alimentado por mis experiencias emocionales del momento, alejándome de mis amigos.

¿Eran los personajes animales una especie de velo para la personalización del libro?
Inicialmente, estaba trabajando en un minicomic, en el cual hice todas estas historias cortas de tinte autobiográfico que eran como cartas individuales que le mandaba a un amigo en casa, y se trataban solo de mi amigo y yo. Mezcladas con esas historias había una sobre una tierna tortuguita. Cuando me mude a Portlan Warnock, quien eventualmente se convirtió en mi editor, me dijo: “Esas tiras autobiográficas son solo para vos y tu amigo, son impublicables, por sí mismas, pero si alguna vez querés hacer un libro sobre esa tortuguita, gustosamente te lo publicaría”. Creo que fue esa invitación lo que me inspiró a hacer un libro entero sobre Chunky Rice. Y creo que en aquel momento estaba mucho más cómodo dibujando pequeños personajes caricaturescos.

¿Qué pasó entre el final de Chunky Rice y los comienzos de Blankets que te inspiró a hacer un libro totalmente autobiográfico con personajes humanos?
Probablemente lo mismo que me está pasando ahora, que es una especie de descontento con mi trabajo, y una frustración con mi estilo de dibujo, y las ganas de hacer algo diferente. Venía dibujando con una línea rápida y clara, dibujando animalitos. Así que, en el medio, traté de enseñarme algo nuevo, y no creo que haya sido hasta las primeras 100 páginas de Blankets que realmente le agarré la mano. Esa era también parte de la motivación: Solo puedo mejorar, si me siento y dibujo algo así como 500 páginas. Eso lo saqué de Lewis Trondheim, que hizo su libro, Lapinot [et les carottes de Patagonie]-y tiene unas 500 páginas también. Cuando él comenzó ni siquiera sabía dibujar –o eso es lo que él dice- y dibujó un libro de 500 páginas. Aprendió a dibujar a medida que lo iba haciendo.

¿Hubo algo en particular que esa experiencia te haya enseñado, algo que te hayas llevado con vos cuando comenzaste a trabajar en Blankets?
Ah…solo que completar las cosas es una buena idea! Había comenzado un montón de proyectos antes de eso, hacia unas 20 páginas de algo y ahí perdía el interés, y un par de meses más tarde arrancaba un proyecto nuevo. Nunca terminaba nada. Así que aunque Chunky Rice tuviera mil limitaciones o debilidades o lo que fuera, el simple hecho de haberlo terminado era algo bastante importante, y termino siendo algo bastante exitoso para esa etapa de mi vida. Así que Blankets fue mucho más fácil. Incluso cuando iba a ser un libro mucho más grande, para mí era algo como, “Bueno, lo único que tengo que hacer es terminarlo”

Blankets, publicado por
Top-shelf - 592 páginas.
Eso pone las cosas en perspectiva, ¿no? Eso me lleva directo a una de mis preguntas sobre Blankets. Es tan grande, y es tan complejo; ¿Cuándo comenzaste a trabajar en él, tenías alguna especie de mapa para adonde querías ir con él?
Si, empecé solo con un montón de notas, pero luego pasé todo un año…un año entero, trabajando medio tiempo…haciendo una versión en borrador, solo con thumbnails, y edité eso un par de veces antes de comenzar con las páginas. Así que de alguna manera era como que ya había terminado el libro. Trabajé esos thumbnails hasta que quedé satisfecho, y fue raro el comenzar a dibujar las páginas finales, porque era como que, bueno, como que ya había terminado la historia. Así que de alguna manera, no me dejé disfrutar del sentimiento de sorpresa que algunos dibujantes tienen a medida que van trabajando en la historia. Pero también, una vez que ya había establecido el ritmo y que había agarrado el hábito de trabajar en ellas…me afilé y fui mejorando a medida que trabajaba en ellas.

Eso es interesante, porque de cierta manera es muy similar al método de trabajo de un escritor, en el sentido de que comenzás con un borrador muy crudo y después llegas a la versión final. Ese es un método que normalmente se asocia con los novelistas o los escritores de prosa más que con artistas de comics.
Si, y probablemente la principal razón para eso es que en los cómics no es muy fácil lo de andar editando. Incluso después de haber hecho las páginas definitivas, lo que me tomó un par de años, fui e hice algunos cambios más, pero lleva mucho tiempo el cambiar una página en contraposición a cambiar solo texto.

¿Así que Blankets te llevo…decís que como 2, 3 años?
Sí, tres años y medio de cabo a rabo.

Ese es mucho tiempo para comprometerse.
Sip, y era definitivamente un proyecto hecho a medio tiempo, porque no recibía ningún dinero para trabajar en él.

Hoy te estás manteniendo completamente con tus libros.
Si, por primera vez en mi vida.

¿Qué hacías antes de eso?
Por suerte, mientras hacía Blankets iba haciendo cosas para la Nickelodeon Magazine. Mi editor era Chris Duffy. Ese era un gran trabajo para tener, le pagan muy bien a los dibujantes alternativos, es un foro genial para eso. En este momento hay mucho material de respaldo, pero me encontraron otros trabajos para hacer, como hacer los layouts para algunas tiras de Jimmy Neutron. No era tan bueno como producir mi propio material, pero era lo que me mantenía.

Cartoonigami, trabajo hecho para la Nickelodeon Magazine. En las instrucciones dice que al doblar la hoja uniendo ciertos puntos se van obteniendo nuevas cosas.

¿Vos trabajaste en un McDonald´s en algún punto, no?
Si…tuve un montón de trabajos distintos. Ese no fue uno de los mejores.

Hacer historietas es un medio al que es ridículamente difícil poder entrar. ¿Hubo alguna vez un momento en el que consideraras meterte a hacer otra cosa?
No, no creo. Tuve esos trabajos horribles, como trabajar en un almacén o en una tienda de departamentos, acá afuera…me tenía que levantar a las cinco de la mañana, y acomodar materiales en los estantes. Tenía que caminar al trabajo porque los autobuses todavía no andaban, así que me la pasaba repitiéndome a mí mismo, “soy un dibujante, soy un dibujante”. Eso es lo que hacía en cada trabajo, incluso mientras me iba acercando –cuando hacía ilustraciones, trabajaba como diseñador gráfico- todavía no era exactamente trabajo de historietas, pero me decía a mí mismo que si lo era. Nunca fue necesariamente sobre hacer carrera en esto, era más bien sobre hacerlo a pesar de todo.


Habiendo pasado un tiempo trabajando como artista freelancer, me parece que es más sencillo encontrar trabajo y hacerlo de manera free-lance (como contratista independiente) mientras se tiene un trabajo diario. ¿Es más difícil trabajar en los cómics cuando tenés todo el día para hacerlos?
Puede ser, de hecho. Puede ser cierto…aun así, no quiero volver a lo de antes.

Bocetos hechos en el reverso de los guiones.
¿Cómo es tu régimen diario?
Me levanto como a las 5 de la mañana, y me pongo a trabajar a eso de las 7:30…es bastante rutinario. Suelo trabajar cinco o seis días a la semana. Solía trabajar siete días a la semana, pero se me acabó la salud, ya no puedo hacer eso.

¿Cuánto tiempo te llevo escribir Blankets?
Cuatro años…bueno, más bien tres años y medio.

Eso suena a un montón de tiempo, ¿pero para un libro de 540 páginas, no está tan mal, no?
Si, y como te dije, no era como que me estuvieran pagando nada por hacerlo. Tenía que tener un trabajo para mantenerme, así que era como un hobby. En cierto sentido, me fue bastante bien con ese libro, digo, comparado con mi proyecto nuevo, el que estoy haciendo ahora.

¿Sabías cuando empezaste a dibujarlo que iba a ser tan largo?
Si, ya lo había hecho todo en thumbnails, y tengo una experiencia similar con mi libro nuevo. Lo bocete entero en una versión del libro hecha con lapicera, luego trabajé a partir de eso. Así que sí, sabía en lo que me estaba metiendo.


¿Alguna vez tuviste dudas de meterte en ello? ¿Llegaste a pensar que la gente tendría dudas con respecto a leer algo tan largo?
Definitivamente estaba preocupado sobre si  a alguien llegaría a interesarle. También tenía una visión del proyecto como un objeto, y creo que eso también puede haber llegado a generarle interés a la gente. Yo no soy un gran fan de los comics a lo panfleto. No sé qué hacer con ellos. Tenía en mente este proyecto con las dimensiones de un libro, y me lo imaginaba como algo grande, con un gran lomo y bastante pesado. De alguna forma era un poco como un chiste…quería que fuera bastante bíblico, no pequeño e intimo.

¿Una vez que terminaste con Blankets, tenías ganas de lavarte las manos de lo autobiográfico?
Si, así que Habibi no es autobiográfico, pero tiene cosas personales. Mucho más personales que cualquier otra cosa que haya hecho.

¿Qué fue lo que te alejo de lo autobiográfico? ¿Fue la reacción específica de alguna gente frente al libro?
Si, fue eso, pero realmente no quiero meterme en ese tema…

¿Hubo una duda de tu parte de antemano? ¿Se te ocurrió en algún momento que se podría convertir en un problema?
No, no realmente, porque no creía que nadie iba a ver el libro. Pensé que iba ser como cuando hice mi primer libro, Chunky Rice, que resulto bastante exitoso para ser un comic alternativo, algo con un par de miles de copias dando vueltas por ahí. Pensé que poca gente iba a verlo.

Especialmente siendo un libro autobiográfico…siempre parecen ser tan deprimentes.
Sí, hay algo de eso. O sea, hay material de ese tipo que me encanta, pero hay casos en los que quiero tirarlos a un lado y decir, “deberías dejar de hacer cómics. Aprendé como arreglarte a vos mismo y viví tu vida”. Esas son cosas en las que definitivamente estoy trabajando, a nivel personal, y me distrae un poco, llegando a limitar mi productividad de vez en cuando.

Habibi. Publicado por
Pantheon books - 672 páginas.
Bueno, ¿Qué nos podés decir sobre tu nuevo libro “Habibi”?
Esa es toda una pregunta! A ver…creo que a falta de una descripción más apropiada Habibi es una historia épica al estilo de las 1001 noches. Es sobre dos niños esclavos que se escapan y tratan de sobrevivir en el desierto. Es una especie de cuento de hadas, pero toma cosas de muchos temas contemporáneos, como la religión, el sexo y la política. Esa es algo así como la versión resumida.

Entonces se puede decir que se trata sobre el islam.
Si, es definitivamente una gran parte de él. Una de las motivaciones que tenía era que quería humanizar un poco la cultura arábica. Me inspiró mucho la caligrafía arábica y sus patrones geométricos, además los elementos espirituales del islam fueron una gran influencia. Se trata sobre el islam, pero también se trata sobre el judaísmo y el cristianismo, y cómo interactúan con él. Hay una motivación generada por un montón de problemas políticos, pero tocados de una manera un poco más fantástica, más alegórica.

¿Tiene que ver con lo que viene pasando en los últimos años?
No específicamente, no. Quizás tiene que ver con lo que viene pasando en los últimos 6000 años [risas]. Es algo así como una especie de romance apocalíptico.

¿Qué tan enseguida de haber terminado Blankets comenzaste a trabajar en él?
Cuando terminé Blankets me vi envuelto en una gira de presentación que duro casi un año, y después de eso hice Carnet de Voyage. Luego de todos esos viajes y promoción comencé a trabajar en Habibi, lo que vendría siendo a fines del 2004.

¿No sentías ganas de parar un poco y de hacer tal vez un libro más corto?
Quería tomarme un descanso. Pensé que éste libro iba a ser un descanso, pensé que iba a estar terminado para el 2006. Pensé que iba a ser bastante diferente –no es para nada autobiográfico- creí que iba a ser un poco más alegre y divertido, pero no resulto ser el caso. Me ha hecho…varias cosas que han pasado en mi vida me han hecho querer dejar de hacer historietas, del todo.

Eso suena bastante extraño, porque en realidad sos de las pocas personas con las que he hablado que están en un punto en el que pueden dedicar toda su vida a hacer cómics.
Si, y es genial. Estoy muy agradecido por ello, pero tuve un quiebre emocional y psicológico muy importante, y después mi salud se vino muy abajo en los últimos dos años. Esa ha sido mi meta principal desde hace un tiempo, tratar de estar saludable, y hacer esto me ha hecho menos saludable. De ahí surge el cambio de prioridades.


En otra entrevista dijiste que el libro iba a tener unas 200 páginas. ¿Por qué continúo creciendo? ¿No te viste tentado a serializarlo?
Bueno, 200 páginas parecían ser el tamaño ideal para el libro que quería escribir. Aún antes de tener la historia hecha, ya se me había ocurrido el tenerlo como objeto, y me parecía un objetivo bastante alcanzable con una cantidad de páginas que me iba a permitir tener otro libro en la calle en un período de uno o dos años. Durante un tiempo me gustó la idea de poder tener otro libro en el mercado solo un par de años después de haber hecho Blankets.  Se suponía que iba a ser un emprendimiento más modesto. En cuanto a serializarlo, nunca me interesó hacerlo. Tenía esa presión por parte de uno de mis editores extranjeros porque ellos sentían que iba a ser demasiado tiempo para los lectores y que iba a ser un libro muy grande para ser impreso. Me presionaron mucho para romperlo en capítulos y separarlo en volúmenes, pero yo me resistí porque sabía que el libro no iba a funcionar fraccionado de ésa forma. No le iba a resultar placentero al lector porque estaba pensado para ser leído como un todo.

Tus dos trabajos anteriores fueron autobiografías bien recibidas ¿Por qué el cambio hacia el realismo mágico?
Para mantener el trabajo interesante. Quiero que todos mis proyectos sean diferentes al anterior, aunque sea en términos superficiales. No soy uno de esos historietistas que quiere trabajar con un grupo de personajes durante toda mi carrera. Y me gustaría que cada libro fuera completamente diferente.

Debido a la tremenda aceptación que tuvo Blankets, ¿eso te influyo en algo a la hora de hacer el nuevo libro?
Oh, no, no necesariamente. Es más un asunto de sensibilidades, del tipo, ¿Qué derecho tengo yo de venir a jugar con éste material? Obviamente cuando hacés autobio, nadie te puede decir nada porque es tu propia historia. Pero también tenía un montón de inquietudes con respecto a Blankets…¿iba a resultar en un libro egocéntrico y para nada accesible y medio patético? Me gustó enfrentar ese desafío.


¿Tiene el mismo formato?
Sí, inintencionalmente. Solo comencé a escribir y de pronto ya tenía 60 páginas. Y en cuanto al ritmo de la historia y la forma en la que se desenvuelve, pensé “Bueno, va ser otro libro largo”. Probablemente casi tan largo como Blankets. Y, ya ves, se pueden encontrar formas para acortar el número de páginas, hacerlo un poco más denso como hacen otros autores, pero éste es el ritmo con el que me siento cómodo narrando y leyendo, así que para bien o para mal es otro libro largo. Quiero decir, creo que mis libros son grandes pero se leen rápido.

Estoy de acuerdo. Me di cuenta de eso con Blankets…a pesar de todo lo que pasa en él, me pareció que el ritmo era maravilloso…no exactamente placentero, pero si relajado.
Es bueno oír eso. Creo que la mayoría de los cómics tienen ese aire claustrofóbico, tanto para verlo como para leerlo, especialmente para la gente que no está acostumbrada a leer cómics. Como yo vengo de un ambiente de animación, realmente me preocupo por ese tipo de cosas.

¿Estabas tratando activamente de escribir una novela gráfica o solo creció así, de forma orgánica a medida que ibas trabajando en ella?
Desde el comienzo, lo que quería hacer era algo modesto, que fuera relativamente corto justo después de Blankets, pero muy pronto comencé a soñar despierto y a conjugar ideas, de verdad tenía ganas de hacer un cuento de hadas de proporciones épicas. Esa palabra, “épico” estaba dando vueltas en mi cabeza. No quería hacer algo a lo Kurosawa, con un reparto masivo o multi generacional como Gabriel García Márquez, pero sí quería hacer algo con varias capas que fuera capaz de sobrepasar y envolver a los personajes de vez en cuando. Lo llamo épico porque sigue a estos personajes a lo largo de un par de décadas en sus vidas y a través de varios trasfondos tanto en el mundo antiguo como en el moderno. Pero es esencialmente la historia de la relación entre dos personajes, así que no se trata sobre la guerra –por eso no es como algo de Kurosawa- Realmente se enfoca en la relación entre dos personas.

De verdad sentí que se trataba de una novela gráfica, estabas haciendo que las palabras y los dibujos trabajaran en conjunto tanto como te fuera posible.
Gracias. Si, nunca pienso en otro medio de la forma en que alguna gente piensa cuando piensa en cómicas, como con una meta última de hacer películas o algo por el estilo. Ese nunca fue mi acercamiento y es por eso que siempre consideré al cómic como el medio para contar la historia, ya que se trata tanto de uno como del otro.

El libro parece representar variados temas de interés para vos. Hay religión comparativa, misticismo, numerología, caligrafía y el poder de las palabras parece estar particularmente acentuado en este libro, incluso de una manera extraña considerando que se trata de una novela gráfica. ¿Podrías hablarnos un poco sobre cómo fue que decidiste mezclar todos éstos elementos tan dispares?
Si, por donde comienzo? El libro estuvo muy influenciado por las 1001 noches, así que sabía que Dodola iba a ser un personaje siguiendo la línea de Scherezade, alguien que cuenta historias para poder sobrevivir. Que se yo, algunas de las cosas solo emergieron. Yo crecí en una casa fundamentalista cristiana, así que el único libro que había en la biblioteca era la Biblia. No éramos para nada una familia educada en literatura, la Biblia se suponía que era el único libro que te hacía falta leer, pero a la vez mi hermano y yo íbamos usando todo lo que ganábamos haciendo cosas en la granja para comprar historietas. Ya desde muy chicos eran la biblia y las historietas –las únicas dos formas de literatura que parecían apropiadas para juntarlas en este proyecto. La numerología…quizás fue cuando comencé a estudiar la estructura del Corán lo que me llevó a ella, pero mayormente venía de afuera del islam, ese misticismo del norte de África fue una parte muy importante del talismán, el cuadrado mágico. Una vez que adopté esa como la estructura del libro me obsesioné mucho con los números, porque cada capítulo tenía entonces un valor numérico que era un tema. Y lo de la caligrafía me inspiró porque me llamó la atención la belleza, la musicalidad y el esplendor que tiene la caligrafía arábica. Siendo dibujante es como que estás dibujando las letras, es algo muy similar, tus dibujos y tus palabras se mezclan generando una forma que es similar a la escritura árabe.

Progresión de una página: Del lápiz a la tinta.

Es evidente que es un trabajo bastante diferente…al menos visualmente, tal vez no en cuanto al tono, pero visualmente es muy diferente de tu material anterior. ¿Sentís que de alguna forma te ayudo a madurar como artista?
Creo que en algún punto cuando hice el salto de ser solo un admirador de los cómics a pasar al arte en general…las artes visuales en general. Estaba consumiendo un montón…nada moderno, pero estaba obsesionado con el trabajo de la línea y los dibujos de gente como, por ejemplo Lautrec, o Matisse, algunos de Renoir. Así que nada moderno, estaba bastante distanciado del arte moderno, el post-moderno y lo que fuera. Pero me alejé del terreno de los cómics para estudiar un montón de arte más expresivo. En éste momento estoy bastante consumido por la caligrafía árabe, así que estoy medio atraído al mundo de dibujar letras y el trabajo con la tinta.

¿Alguna vez fuiste a medio oriente?
En realidad no. La mayor parte del tiempo me la pasé metido en mi estudio como suelen hacer los dibujantes. Fui a Marruecos en 2004, estaba de gira por Europa y pude rescatar un poco de tiempo para mí mismo, sí que me dieron ganas de ir a algún país islámico que fuera accesible. Viajando por Europa Turquía y Marruecos son las opciones naturales. Me atrajeron los escenarios con las medinas medievales de Marruecos, pero no era un viaje de documentación. No andaba documentando cosas como hace Joe Sacco, pero fue una gran oportunidad para ver toda la belleza y tener experiencias alocadas como andar a camello en el desierto del Sahara y tener conversaciones con los musulmanes.

Carnet de Voyage. Publicado por
Top-shelf - 224 páginas.
¿Entonces no fueron esos viajes por Marruecos, como los detallaste en Carnet de Voyage lo que te llevó a hacer Habibi?
No…sí…algo así. Alguien puede haber dicho que fue algo así, pero las semillas de Habibi fueron plantadas mucho antes de ese viaje, y como Habibi no se desarrolla en ningún tiempo ni lugar específico fui capaz de extraer cosas de un modo liviano de esa experiencia y de crear otras tantas, porque después de todo es un cuento de hadas. En ese sentido Marruecos no le dio forma al libro, pero a la misma vez, habiendo experimentado cosas como andar a camello en el desierto pueden ayudar a agregarle textura a lo que escribo.

Sos dueño de una línea muy fluida ¿Qué tipo de materiales usas?
Uso pincel, un Winsor-Newton serie 7, número 3, que es una herramienta  bastante común para un dibujante, y la tinta que uso es la Speedball superblack India ink, que no es una tinta que fluya mucho. Es medio densa, pero a mí me sirve mucho para la técnica de pincel seco que suelo usar con frecuencia.


Tu nombre surge bastante cuando se habla con artistas que están haciendo su aparición. ¿Hacés un esfuerzo consiente para ayudar a los artistas jóvenes?
No mucho más que cualquier otra persona en mi misma posición. No siento que me desviva para ayudar a otros, pero definitivamente me puedo relacionar con gente en esa posición. En general me caen bien los dibujantes, y me gusta ayudarlos, pero en mi vida personal siento que tengo que balancear mi nivel de interacción con la gente que hace otras cosas. Estoy metido en mi estudio dibujando todo el día, lo último que quiero es hablar de eso en mi tiempo libre. No dejo de hacer cosas para ayudar a nadie, la gente se me acerca todo el tiempo y yo los ayudo con sus trabajos, o les dejo usar mi escáner, pero soy yo el que precisa a un mentor, en serio. Creo que me vendría bien un maestro/mentor para la siguiente fase de mi vida.

Pero de verdad lo lograste y en realidad basado en el éxito de un solo libro. ¿Qué crees que fue lo que resonó, no solo con la audiencia, sino con lugares como la revista TIMES?
Probablemente fue el hecho de haber reaccionado en contra del cómic como medio. Estaba actuando en contra de esos géneros exagerados, llenos de explosiones, creo que los cómics alternativos han estado haciendo eso desde hace ya un tiempo. Pero no quería hacer nada que fuera o cínico o nihilista, algo que parece ser un estándar para muchos cómics alternativos.

¿Cuáles son tus influencias? Me parece ver mucho de Will Eisner en Habibi, sobre todo en las caras…
Ese no es un esfuerzo consciente, y escucho esa comparación muy seguido, pero él no es alguien a quien haya estudiado deliberadamente más allá de sus libros sobre arte secuencial, esos que todos los dibujantes tienen en sus bibliotecas. Con Habibi no sé si estoy citando alguna referencia visual del medio de los cómics. Creo que la inspiración proviene de afuera del campo, todo el arte islámico, la caligrafía y las pinturas del orientalismo francés de finales del siglo XIX. Mucho arte de la Francia de fin de siglo. Eso es sobre lo que me estaba volcando, y artistas como William Blake y Gustav Doré.

¿Qué dirías que tiene de especial el cómic como medio?
Una de las cosas que estaba pensando recientemente era sobre un medio visual, uno de los más creativamente puros y eficientes, como por ejemplo el cine; requiere a mucha gente, mucho tiempo y muchos recursos para poder comunicar una idea. Los cómics son la forma más pura en la que una sola persona puede realizarlo todo. Se puede ser el narrador, y el actor, y el diseñador de producción todo con solo papel y tinta. Es muy directo en ese sentido. En un momento en que la industria de la imprenta parece estar muriendo, alguna de sus últimas huellas puede pertenecer a la literatura gráfica, ya que aún es muy disfrutable el consumir literatura visual – tinta sobre papel. Puedo comprender el porqué la gente quiere tener novelas y leerlas en un Kindle, pero no hemos llegado al punto en que quieras leer cómics de esa manera. Creo que hay algo muy elemental, ya que todos crecemos dibujando, hay algo muy interesante con respecto a tratar de contar una historia por medio de dibujos a lo largo de la vida adulta.

Thompson posando frente a los originales de Habibi.

¿Se acepta al cómic dentro del mundo literario?
Todavía hay grandes prejuicios en su contra, aún así existe una inmensa obra de literatura en cómic de la cual la gente no está enterada, o no está interesada en encontrar. Creo que algo ha cambiado, ciertamente porque parece que el mundo editorial se ha acercado más a la idea de publicar novelas gráficas, aunque sea por una mera razón de mercado. No sé si los dibujantes están muy preocupados por ser canonizados en algún tipo de forma académica, porque creo que abrazamos la idea de ser una forma de arte bastardeada. Es algo así como el rock en el sentido que creo que hay algo de orgullo en la crudeza y la falta de acartonamiento en el medio.

¿Cuáles dirías que son los aspectos más únicos que tiene el medio en términos de las posibilidades que tiene a la hora de contar una historia?
Son demasiadas cosas para considerar de una! Con un poco de suerte logro mostrar algunas de ellas en mis páginas. Hay definitivamente algo que se puede hacer que tiene que ver con el viaje en el tiempo, y los saltos en la narrativa. Si sos capaz de ver cosas una al lado de la otra, se puede hacer con mayor gracia en los cómics que en la prosa o en película. En film puede resultar molesto porque no podés dar un paso para atrás y ver las cosas de nuevo, sin embargo creo que se puede rebobinar en un DVD. En la prosa no hay esas típicas pautas visuales que hacen el salto más fluido. Existe una fluidez inherente al tener imágenes yuxtapuestas en una página, una al lado de la otra.

Comics = Lectura, lo dice Smith y Thompson
lo confirma. Debe ser cierto.
¿Te ves a vos mismo contando una historia en algún otro formato que no sea una novela gráfica?
Bueno, definitivamente por medio del dibujo. Aun estoy tratando de descifrar que debería de ser una novela. Aun pienso en mi trabajo, y la mayoría de los otros trabajos en cómic como algo gráficamente feo. Estoy trabajando en eso. Me encantan los libros ilustrados, y no hablo solo de libro infantiles. Cuando my diario de viaje salió –ese fue un libro bastante fácil de hacer- pasé apenas tres meses haciéndolo, y luego ya estaba impreso. Fue casi algo instantáneo. Alguien que lo criticó dijo que ni siquiera era una historieta. No podría ser definido como historieta. A mí me pareció muy extraño, la definición de historietas consiste en una página con varios cuadritos en ella.

¿Tenés algunas últimas palabras que ofrecerles a aquellos que han descartado a la historieta como un medio válido?
Me parece gracioso, que haya gente como los ingleses, que tienen a alguien como Alan Moore, y ese me parece un punto de partida crucial para leer cómics, ya que hay un mensaje político metido en cada uno de los paneles que él escribe. A veces es difícil ser un historietista porque no creo que un escritor tenga que explicar porqué trabaja haciendo prosa, mientras que los historietistas mantienen una actitud defensiva para con el trabajo que hacen. Vivimos en una cultura visual, todo lo que consumimos hoy día es visual y aún así los cómics todavía representan una visión puramente individual, y son como una especie de homenaje intimo a la antigua y original imprenta de Gutenberg o a los manuscritos de los iluminados cuando en realidad son solo tinta sobre papel donde hay una comunicación pura y directa entre el autor y la audiencia. El dibujante trabaja con una especie de forma rápida de cursiva, donde los dibujos se escriben y las palabras se dibujan, y creo que hay algo muy profundo en eso.

©2012 Brainstorm producciones.
©2012 Craig Thompson para todas las imágenes.
©2012 cada autor para su respectiva entrevista.

Información recabada de los siguientes medios:

Entrevista de dos partes realizada en 2007 por Brian Heater para The daily cross hatch.

Entrevista realizada en 2011 por Mike Rhode para el Washington City paper, sección Arts desk.

Entrevista realizada en 2004 por Karin L. Kross  para el sitio bookslut.com.

Entrevista posteada en 2011 en el sitio poptonesmusings originalmente publicada por new statesman.
http://poptonesmusings.blogspot.com/2011/09/interview-with-craig-thompson.html

1 comment:

  1. Buenísima la compilación. Me encantó "Habibi".

    Te recomiendo intentar contactar o buscar información de Gabriel Ba y Fabio Moon, los autores de "Daytripper".

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